Desde pequeño no acudía a los gigantes y kilikis, y ahora me ha tocado ir con mi hija. Me ha parecido increible. Todo agradecimiento a la comparsa es poco: resulta sorprendente la calidad y variedad de los bailes de los gigantes. Respecto a los kilikis es una pasada el cariño que transmitían hacia los txikis con caricias, bailes… además de resultar divertidísimos bailando entre ellos y jugando (no se limitan a dar vergazos como en mis tiempos). Estaría bien que se les fecilitara y compensara de alguna manera especial su gran esfuerzo. J.A.B. (20/10/2012)