Esta es la respuesta que me remite la bióloga asesora municipal: La poda estructural tiene como fin guiar y administrar la arquitectura del árbol y debe seguirse con otras de mantenimiento que se deben realizar durante toda su vida del árbol, pero sin perjudicarlo, evitando las podas drásticas o la creación de heridas y respetando la forma de cada ejemplar. Si se realizan adecuadamente benefician al árbol, pero cuando no, pueden perjudicarlo, afectando a su salud, a su estabilidad y a su aspecto. En ámbitos urbanos, pueden ser consecuencia de malas podas: la aparición de ramas débiles, heridas e inclusiones en corteza, ramas muertas que se acumulan... e incluso se pueden producir roturas. Las podas de mantenimiento en la calle que nos ocupa se realizan teniendo en cuenta que deben respetarse 50cm desde el tronco a la fachada en el caso de árboles bajos o hasta 2,5 metros en el caso de altos, y manteniendo una distancia de 0,50m a la fachada en su parte aérea, sin tener en cuenta los salientes. En cuanto a los requerimientos del sistema aéreo, para que no se produzcan interferencias con las viviendas es necesario que la distancia de los ejemplares (troncos) a la fachada sea de como mínimo 2,5m, circunstancia que se cumple en esta calle. Algunos de los ejemplares de la calle han sido podados respondiendo a unas podas de formación que se hicieron en su plantación y que deben continuarse para que no se produzcan daños. Sin embargo, esta circunstancia no se da en toda la calle, es una circunstancia excepcional y por eso las podas de mantenimiento no se realizan ni se dan en los ejemplares que nos ocupan, por lo que no procede aplicar una poda drástica que pudiera tener efectos no deseados en los ejemplares. Por otra parte, sí se ha detectado que algunas de las ramas más débiles pueden no respetar la distancia de 0,50 a la fachada, por lo que se procederá a avisar al Servicio de Obras y Jardines para que actúen en consecuencia. Un saludo.